Un Técnico Preocupado

3 respuestas a “La demolición controlada del edificio 7 en el 11S”

1. Francisco Salgado Cerredelo

   20 junio, 2016

   Si escribes en google wtc7 y pinchas en imágenes tienes montones de fotos de ese tema.
   También tienes que renovar el enlace de a página de arquitectos e ingenieros por la verdad, que ahora da error: http://www.ae911truth.org
   También es interesante comentar el tema de la nano-termita. Un paterial que ha aparecido en el polvo tomado de la caida de esas torres ( 1, 2, 7), que es un material militar que derrite acero como si fuese mantequilla. Toneladas de este material fue usado para la demolición de los tres edificios, cuya seguridad estaba contratada a la empresa del hermano menor de George W. Bush.

   http://www.911hardfacts.com/report_09.htm

   Este es el video del experto en demoliciones danés que destapó al mundo la demolición del edificio 7 en una entrevista televisiva en septiembre de 2006.
   
   http://www1.ae911truth.org/home/550-jowenko.html

   Responder
2. tecnicopreocupado

   11 septiembre, 2016

   Hola, dejo por aqui esta pregunta y el comentario que sigue a continuación y que pueden leer en este foro http://www.burbuja.info/inmobiliaria/temas-calientes/816281-europhysics-torres-gemelas-demolidas-explosivos-13.html

   Iniciado por Averroes Ver Mensaje
   De cuántas personas estaríamos hablando en total entre autores intelectuales, ejecutores, apoyo logístico, inteligencia, propaganda, etc…etc..? Intuyo que no menos de 1000 personas quizás?
   Oye, y no se ha arrepentido ninguno o no se ha ido ninguno de la lengua? Raro, no?
   Debe ser la operación de terrorismo propio de estado mejor elaborada y ejecutada de toda la historia, con cientos o miles de personas consiguiendo guardar el secreto durante ya 15 años.

   Contestado por Nefersen

   Ésta es una vieja falacia. En primer lugar, el proyecto Manhattan se pudo realizar en completo secreto, y había 100.000 personas implicadas, y nadie se fue de la lengua en cinco años. Pero no es el caso.

   Existe una cosa que se llama «compartimentación» que lo explica todo. Por «razones de seguridad nacional», nadie sabe en la administración lo que hace el vecino, sino que todos reportan a sus superiores, y estos a sus superiores. Al final, sólo el vicepresidente está al tanto de todos los datos.

   Por ejemplo. El sistema de control de vuelo informa de que los aviones se han perdido. Y transmite el dato al departamento de defensa: Allí Rumsfeld no ordena a los aviones que los sigan, a la espera de «confirmar con el Vicepresidente». Nadie en su departamento está en la conspiración, sólo él. Pero hasta que no se reciba «la orden» no se hace nada ni se critica la decisión (en este caso, la no decisión).

   «Casualmente», había unos ejercicios «antiterroristas» pevistos ese mismo día, que habían desplazado todos los cazas de la zona Oeste. Y durante varias horas había una gran confusión con la noticia, por si era real o un simulacro. Para cuando se confirmó que era real, es porque los aviones ya habían alcanzado los objetivos, salvo el último, que fue derribado.

   En definitiva, que se dan las circunstancias perfectas para que se produzcan «errores» y «dilaciones» que justifican los extraños comportamientos de ese día. Uno de ellos, que ante la noticia del ataque, en lugar de poner al presidente a salvo inmediatamente, se le dejase en una clase leyendo un cuento a unos niños durante 20 minutos, con la excusa de «no traumatizarlos».

   Bastan unos pocos elementos del máximo nivel para que todo salga conforme a lo planificado:

   a) Un equipo israelí de «seguridad» que planta las bombas semanas antes. (Probablemente, esos mismo que fueron detenidos con explosivos, y denunciados por bailar y celebrar la caída de las torres desde una azotea. La policía los detuvo, el asunto pasó a manos de la CIA, y el director los envió a Israel pues sólo eran «agentes aliados», después de todo. Evidentemente, la policía no va a criticar esta decisión que está fuera de su jurisdicción. «National Security». Don’t ask.) Tambien es posible que se encargaran de enviar los sobrecitos con Anthrax que traumatizaron al congreso para firmar la «Patriot Act» redactada por Cheney, asustados y sin plantearse sus nefastas consecuencias- el espionaje interno con el que se puede chantajear a cualquier político, y el asesinato autorizado al Presidente-. Este equipo no supera los cuatro agentes especialistas.

   b) Un equipo saudí sin relaciones sino a alto nivel con el Mossad, que coordina a los «patsis» para que hagan el paripé de montarse en esos aviones y justificar así la teoría de los «yihadistas». Ellos no tienen ni idea de para qué. Sólo el Principe lo sabe, y sabe que es el modo de derribar a su enemigo Sadam.

   c) Un sistema de secuestro y guiado electrónico de los aviones colocado por otro equipo israelí -el de la compañia judía que «casualmente» controla la seguridad en el aeropuerto de Boston-. Los agentes israelíes no siente que «atacan a su país», sino que participan en una operación para salvar a su propio país, Israel, de la amenaza de Irak. Así que actuan por patriotismo y mantienen el silencio -o les espera la muerte, claro está-. Basta con uno o dos «técnicos» infiltrados en el equipo de mantenimiento de la compañia. No saben tampoco la finalidad. Sólo obedecen órdenes. Poner los dispositivos en los aviones durante el mantenimiento.

   d) Basta con que el Director de la CIA desoiga los numerosos avisos que se producen por parte de sus agentes, que avisan que están pasando cosas raras. No los toma en serio y no ordena investigar. (Cosa comprobada y denunciada).

   e) Basta con que el Vicepresidente se retrase en reaccionar al enterarse de los aviones, y no dé la orden de derribarlos. (Como se confirmó que hizo). El resto del departamento son buena gente, que actúa de buena fe pero siguiendo órdenes. Si nadie da la orden, no pueden actuar. [/B]

   Es posible que ni siquiera Bush estuviera al tanto de la operación hasta después de ocurrida, o siquiera entonces sólo sospechase, pero nadie le aclarase el asunto del todo para no comprometerlo.

   Los implicados seguros, con conocimiento del «propósito» sólo son necesarios TRES: Rumsfeld, Cheney y el menda judío que controlaba la CIA en es momento -que probablemente actuén como un gobierno paralelo en la sombra, de todos conocido-. Todos miembros de la cábala del nuevo siglo americano, y beneficiados brutalmente por la guerra de Irak via Halliburton. Y por supuesto, el inefable Bibi que no se cortó en decir públicamente que el atentado era «un buena noticia para Israel».

   Tambien y cómo no, en el ajo el mossadiano dueño de las torres, «Lucky» Larry Silverstein, que suspendió su habitual desayuno en las Torres esa misma mañana -por un oportuno compromiso con su dentista- y que las compró por 50 millones que nunca pagó, para luego cobrar varios miles de millones por los atentados. Ningún judío murió en las torres, por un milagro de Yahvé. La mayoría de los broker que trabajaban allí tuvieron diversos compromisos que los salvaron. Su función era autorizar a la «compañia de seguridad» israeloamericana el instalar los nuevos «sistemas eléctricos y de fibra» en la interioridades del edificio, trabajando de noche, en las semanas anteriores al evento. ¿Quién puede negarse a eso? Pobre Larry. Ahora que sabe que ha colaborado en una masacre, sólo tiene 8000 millones de dólares para consolarse.

   ———————————-

   En definitiva, el evento fue organizado y ejecutado por una decena escasa de agentes del Mossad, en confabulación con los servicios secretos de Arabia Saudita para suministrar a los patsis y encubrir sus pagos, y con la connivencia de tres o cuatro personajes en la cúpula de la administración americana que sólo tenían que mirar para otro lado y ser un poco inútiles ese día. Todos los demás, los miles de agentes y oficiales, gente de buena fe que no tenía ni idea de lo que estaba pasando, y que sólo se atenía a obedecer órdenes contradictorias. Ni siquiera los moritos sabían nada. Ni siquiera los agentes del secuestro. Los únicos clave son los cuatro israelíes danzantes que colocaron las bombas y dispararon la demolición -y que pueden morir «accidentalmente» en cualquier momento posterior-, como ha muerto todo el equipo que «mató a Bin Laden». <Fin del único hilo comprometedor.

   Llegado el momento, la CIA presta atención a las informaciones de sus agentes sobre "ciertos árabes que toman clases de aviación", ya tenemos a los buenos chicos americanos trabajando de buena fe sobre la pista Bin Laden. En efecto, comprueban que los moritos han montado en los aviones. 2+2 = 4. Clases de aviación, moritos, aviones, atentados, Bin Laden… Todo este proceso es automático y sólo hay que dejar que los buenos chicos sigan la pista saudí adecuadamente plantada.

   A partir de producirse el evento, hay una cábala bien organizada de empresas de información e investigación, que se encargan de propagar la versión oficial y encubrir los hechos con informes falsos, mal investigados y hoy completamente denunciados y ridiculizados. La famosa teoría del pancacke que ni siquera tiene en cuenta la resistencia de las plantas y la velocidad de caída libre comprobada en las torres. Por supuesto, ni siquiera investigó el WTC7. Pero cualquier crítica se aparte con la concebida excusa: "Son teorías de la conspiración". Se deja que abunden, cuanto más loca mejor. No hay aviones, fue un rayo de un ovni, fue todo un matrix, fue una bomba atómica. Entre esas maraña, da igual que algunos cuenten la verdad, pues la rumorología no activa invetigaciones "oficiales".

   Respecto a la comisión 9/11, por favor miren los apellidos de los miembros y notarán una curiosa "casualidad".

   Responder
   1. EL RUIDO

      20 septiembre, 2016

      EL ULTIMO PARRAFO QUE HAS ESCRITO RELATA LA VERDAD Y LA REALIDAD… ASI ES ESTE MUNDO, UN MUNDO CALLADO POR CONVENENCIAS Y BENEFICIOS.

      Responder

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