Accede al programa completo en formato podcast donde charlamos de todo esto con el economista y forero de Burbuja John Nash.
Pido perdón desde aquí a Ricardo Verges por no recordar su nombre y coloco aquí este gráfico

Y tambien el gráfico de Juan Carlos Barba que comentábamos en el podcast del consumo aparente de cemento…simplemente demoledor…
Edmun Burke es considerado el padre del liberalismo, este mismo escritor y político se definía como perteneciente a los viejos liberales, y tan viejos, como que estamos hablando de finales del siglo 18. Hizo famosa la frase:
Pues parece que hemos llegado a ese punto, por lo menos en lo que respecta a la fraudulenta Constitución europea y a su aún más retorcido retoño el llamado “Tratado de Lisboa”.
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España fue el primer miembro de la UE que sometió el Tratado Europeo a examen. Pese a la masiva propaganda en los medios solo participó un 42,32% de la población en edad de votar.
La pregunta que se hacía a los votantes era:
¿Aprueba usted el Tratado por el que se establece una Constitución para Europa?
En España votamos como borregos, conducidos al matadero de la mano de famosos como Los Morancos o los del Rio apoyando el «sí» con frases como «yo no me la he leído (refiriéndose a la constitución europea) pero voy a votar que sí»…o «Yo no la he leído, pero votare SI, porque los políticos, que saben mas, nos dicen que votemos SI«. Ojo que no me estoy inventando estas frases…
Más de un 76% dijo si a un texto que nadie había leído como quedo patente en las demostraciones callejeras de ATTAC donde preguntaban a la gente si conocían algo sobre dicha constitución europea. Por supuesto nadie había leído ni una sola de aquellas más de 30.000 farragosas páginas, entre artículos, textos adjuntos y protocolos diversos. Eso sí, todos se habían reído con las ocurrencias de los Morancos y se sentían europeos, por supuesto.
Según declaraciones del escritor y profesor Carlos Taibo, firme partidario del movimiento antiglobalización y del decrecimiento, al periódico La República:
“Sabido es que la jugada salió mal. Luego de algún espectáculo tan irrelevante como poco edificante —así, un referendo español en el que se alentó con descaro que la ciudadanía respaldase un texto que ignoraba por completo— llegaron los referendos francés y holandés. Curioso resultó que los dos países que acogieron debates serios y abiertos fuesen los únicos en los cuales la ciudadanía se inclinó por rechazar lo que, hablando en propiedad, convenía llamar tratado constitucional de la UE”.
Como dicen los compañeros del proyecto MATRIZ ¿Qué fue lo que marcó la diferencia entre el resultado del referéndum sobre la Constitución Europea en España y en Francia o en Holanda?
LA INFORMACION, sin lugar a dudas.
De todas maneras si nos fijamos en la ratificación por cada Estado de esta supuesta constitución europea, la mayoría de los estados de la UE lo hicieron via parlamentaria y/o con referéndums no vinculantes.
Durante el año 2005, Etienne Chouard, un profesor de instituto de enseñanza media superior creo un blog presentando sus análisis personales sobre el proyecto de Tratado Constitucional europeo durante la campaña que antecedió al referéndum convocado en Francia. Ni que decir tiene que su sitio web se hizo muy famoso, convirtiéndose en uno de más los consultados de toda Francia.
Y que nos decía el profesor Chouard, pues que:
Una Constitución tiene que ser legible para permitir un voto popular : este texto es ilegible.
Una Constitución tiene que ser políticamente neutral : este texto es partidario.
Una Constitución es revisable : este texto está bloqueado por una exigencia de doble unanimidad.
Una Constitución ampara de la tiranía por la separación y el control de los poderes : este texto no establece un verdadero control de los poderes y tampoco una real separación entre estos poderes.
Una Constitución no está concedida por los poderosos, está establecida por el pueblo mismo, precisamente para protegerse de la arbitrariedad de los poderosos, mediante una asamblea constituyente, independiente, elegida a propósito y revocada después : este texto ratifica unas instituciones europeas establecidas desde hace 50 años por los hombres en el poder, al mismo tiempo jueces y partes.
Y terminaba diciendo:
“Resulta impresionante ver el número de instituciones europeas no electas que disponen de un poder importante y mal controlado. El Banco Central Europeo tampoco le rinde cuentas a nadie. … Incluso esas instituciones han sido concebidas más en interés de los bancos y las multinacionales que en interés general”.
Como recordaba por aquella época el pintor Juan Genovés “Toda Constitución es un principio, no un final”…desgraciadamente gozamos en España de una a la que tan solo la señora Merkel logro forzar de urgencia el retoque del artículo 135 de dicha Carta Magna para limitar el déficit estructural…una reforma tipo Windows cortar y pegar a gusto alemán. ¿Por qué no retocamos también otros artículos como por ejemplo?
“La figura del Rey es inviolable y no está sujeta a responsabilidad”.
Para realizar esa reforma se reunieron de urgencia los líderes de los dos principales partidos políticos de España y prácticamente en un fin de semana realizaron esta reforma destinada a limitar en gran medida la capacidad del Estado para dinamizar la economía a través de una política de estímulo fiscal o de inversiones públicas.
Valerie Giscard d’Estaing pronunció estas palabras previas a la ratificación del Tratado de Lisboa
“El rechazo de la Constitución fue un error que debe de ser corregido”.
Así que no debemos olvidar que antes del tratado de Lisboa se perpetro este intento fallido de grabar en mármol los principios económicos del libre mercado en una seudo constitución que los europeos que “si cuentan” rechazaron por anteponerse los intereses mercantiles y monetarios a los derechos y libertades mismos de los ciudadanos heredados de las luces y la revolución de 1789.
Así que lo que no pudo entrar por la puerta nos lo han metido por la ventana con premeditación y alevosía para que la plebe ignorante e irracional no tenga que opinar y decidir sobre temas que “no puede entender” o percibe con un recelo infantil. Los políticos recurren de manera frecuente e este tipo de argumento paternalista para enfrentarse a la crítica y sanción del pueblo soberano cuando han de imponerle un dolor y sufrimiento que consideran necesario para, según dicen, “salvar al sistema” de la quiebra, es decir, evitarnos el caos que sus propias decisiones han causado.
¿A quién beneficia este tratado firmado en Lisboa?
Pues lógicamente y tal como van las cosas, a Alemania.
Hay que entender, antes que nada, que Alemania nunca ha hecho terapia del traumatismo que constituyó la superinflación de 1923, cuya causa no ha de buscarse en una suerte de irresponsabilidad populista de sus gobernantes consistente en apoyar políticas sociales o aumentar salarios sino que fue consecuencia de múltiples factores que tenían más que ver con el tratado de Versalles que, después de la primera guerra mundial, les obligaba a asumir los exorbitantes costes de la guerra al tiempo que se les desposeía de la rica e industrial Cuenca del Rhur. Con una deuda colosal e inasumible, Alemania no tuvo más remedio que devaluar masivamente su moneda y desbocar la inflación para aligerar el peso de la deuda y asumir los pagos de la misma.

Fruto de ese shock socio-económico, se decidió entonces concebir un Bundesbank cuyo alfa y omega iba a consistir en luchar contra la inflación de manera obsesiva sometiendo a este principio fundamental al resto de la economía alemana. Entendemos ahora que, para que Alemania decidiera abandonar su marco alemán y una soberanía monetaria que su pueblo asociaba al milagro económico alemán de posguerra así como el exitoso arquitecto de la reunificación del país después de la caída del muro deberían de garantizársele una serie de prebendas.
Con todo esto, no es difícil imaginar que, para que la unión económica y monetaria pudiera realizarse, los alemanes impusieron sus condiciones que básicamente equivalían a transponer literalmente su modelo al resto de ciudadanos europeos: banco central independiente como lo era el Bundesbank, orientación exclusiva de la política monetaria hacia el control de la inflación (art. 127 del tratado de Lisboa), prohibición de la financiación monetaria de los déficits públicos (art. 123) varias disposiciones de seguimiento y control de las políticas fiscales y de financiación pública (art. 126 y pacto de estabilidad), y contención del riesgo moral por cláusulas de “no bail out” (art. 125 que ya ha saltado en mil pedazos desde 2008).
Lo que se sabe menos, o no se ha dicho lo suficiente, es que Alemania, y más concretamente su comportamiento económico y fiscal, por variaciones infinitesimales progresivas impuestas por sus banqueros privados y doctrina de procedencia liberal de su casta política, se ha ido deslizando hacia un cierto desregulacionismo y laxismo económico en función de sus ambiciones, proyectos e intereses nacionales.
Curiosamente, todo el rigor alemán para con la finanza y políticas monetarias públicas de los Estados miembros de la UE se convierte en absoluta libertad y consentimiento para sus bancos de negocios y corporaciones. Alemania es el país que impone el artículo 63 del Tratado de Lisboa que prohíbe “toda restricción de movimientos de capitales entre Estados miembros…y los Estados Exteriores de la Unión”. Así derribaban de un plumazo el concepto de una UE fortín contra la globalización salvaje y aquellos criterios de convergencia que permitían un mercado más igualitario y equilibrado se van por las de Villadiego.
Al mismo tiempo ese artículo acaba con el artículo 67 del tratado de Roma que se traducía en un control riguroso de las transformaciones estructurales de los mercados de capitales europeos que debían ligarse a las necesidades exclusivas de la economía real y del comercio intra europeo.
Por supuesto no debemos olvidarnos de la milagrosa conversión de los marcos devaluados de la Alemania del Este a euros y la generación de una enorme masa monetaria de la nada y de la especulación y venta de sus industrias e infraestructuras entre el sector privado global.
A partir de aquí, la hecatombe de 2008 y las políticas de rescate que se aplicaron en su momento cobran todo su sentido.
Podéis escuchar el programa completo en formato podcast donde charlamos de todo esto con el economista y forero de Burbuja John Nash.
Enlaces
Edmund_Burke padre del liberalismo
Acción de calle contra el tratado de Lisboa
Referéndum sobre la Constitución Europea en España
Tratado por el que se establece una Constitución para Europa: Tratado de Roma 2004
El Proyecto Matriz #5 CONSTITUCION EUROPEA. LA GRAN MENTIRA
Los Morancos y otros artistas apoyando el si a la constitución europea
De artistas, intelectuales y otros despistados de la campaña española sobre la Constitución Europea
La constitución que no se toca (según para que, claro)
La reforma de la Constitución española según el gusto aleman
La reforma del artículo 135 de la Constitución: excesiva, innecesaria, inconsistente
lo que se esconde detras de las 65 horas
EPM #8 – EL TRATADO DE LISBOA: EUROPEOS AMORDAZADOS I
EPM #9 – EL TRATADO DE LISBOA: EUROPEOS AMORDAZADOS II
Tratado de Lisboa “Los anexos inquietantes“
El Proyecto Matriz #12 HACIENDO FRENTE AL TRATADO DE LISBOA I y II
Las trampas de la «Constitución Europea»
Sección III: El Banco Europeo de Inversiones (Constitución de la Unión Europea)
laberinto institucional europeo
Consejo Europeo
http://es.wikipedia.org/wiki/Consejo_Europeo
Consejo de Europa
http://es.wikipedia.org/wiki/Consejo_de_Europa
Consejo de la Unión Europea
http://es.wikipedia.org/wiki/Consejo_de_la_Uni%C3%B3n_Europea
Europarlamento: Chupando de los ciudadanos europeos
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