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Os contare una vieja historia sobre Eduard Punset y Abengoa y como se las gastan en el tema de las privatizaciones…os voy a reeditar un texto extraído del extinto blog ideasteluricas…
La Compañía Anónima Nacional Teléfonos de Venezuela , la principal empresa nacional de telecomunicaciones venezolana fue privatizada en 1991 por el gobierno neoliberal de Carlos Andrés Pérez, y sus nuevos propietarios -AT&T y Telefónica- contrataron a Abengoa para dotar a las atrasadas infraestructuras de dicha compañía otrora estatal de una moderna red de fibra óptica. La ruta más «económica» que Telefónica y AT&T decidieron para el tendido de dicha línea era una que circulaba paralela a la Autopista Regional del Centro, que por razones geológicas era nudo de comunicaciones de otros conductos de agua, electricidad y gas.
Para ello se eligió a Telecom Ventures (Telvent) una filial de la corporación española Abengoa, y que es la cabecera de los negocios de esta multinacional en tecnologías de la información, servicios y soluciones integradas destinados a los sectores de la energía, el transporte, el medio ambiente y las administraciones públicas.
La mañana del martes 28 de septiembre de 1993, a las 07:30 de la mañana, una excavadora de Abengoa perforó accidentalmente un tramo del gasoducto de Corpoven, provocando una terrible explosión en cadena, seguido de un incendio con llamas de más de 50 metros de altura que duró casi todo el día, y envolvió la autopista causando la muerte de 42 personas. Todavía hoy, la única indemnizada ha sido Petroleos De Venezuela SA, a la que Abengoa tuvo que pagar 14 millones de euros.
Abengoa tuvo un papel protagonista en la tristemente famosa «Guerra del Agua« que se desató en Cochabamba (Bolivia) en el año 2000. Muchos de los créditos que los gobiernos bolivianos de los años noventa solicitaron al FMI, el Banco Mundial y el Banco Interamericano de Desarrollo iban sujetos a cláusulas como la que exigía la privatización obligatoria de la empresa municipal de suministro de la ciudad de Cochabamba, la tercera más poblada del país andino. La empresa a la que se le adjudicó este servicio público fue «Aguas del Tunari» (por entonces los socios mayoritarios eran con el 55% la estadounidense Bechtel & Edison, y con el 25% Abengoa). La táctica del FMI para Cochabamba dispuso que aquellos contratos de privatización del agua irían acompañados de condiciones como que, una vez privatizado dicho servicio, las nuevas tarifas deberían subir inmediatamente para todos los usuarios un 35%. En un país donde el salario mínimo era de 70 dólares al mes, golpearon a muchos habitantes con facturas mensuales del agua de 20 dólares o más. Entre semejante subida de precio y su pago en dólares, se hizo evidente un enorme y repentino descenso del poder adquisitivo de la mayoría de la población de Cochabamba, endémicamente situada bajo el umbral de la pobreza. Al mismo tiempo, el gobierno de la ciudad puso en marcha una nueva ordenanza municipal según la cual quedaba expresamente prohibida, bajo pena de sanción económica, la recogida de agua natural de la lluvia, ni su obtención por medio de cooperativas, como venían haciendo los bolivianos ya desde tiempos de la civilización Inca. Pero lo más gracioso es que dado que el sistema de tuberías estaba en un estado tan precario que obligaba a racionalizar el agua por turnos a muchos usuarios que pagaban religiosamente sus facturas no les salía agua por sus grifos.
Bajo estas condiciones de opresión neocolonial extrema, el conflicto no tardó en estallar: ante la insostenible situación social, las protestas y las huelgas, el ex-dictador y por entonces presidente de Bolivia Hugo Bánzer ordenó el Estado de Sitio en Cochabamba y envió a la policía a reprimir a la población. Tras terribles disturbios, con un saldo de al menos un muerto, casi doscientos heridos y el colapso de la ciudad, el gobierno se vio obligado a rescindir el contrato adjudicado a «Aguas del Tunari». Cuatro largos días tuvieron que estar escondidos los ejecutivos de Bechtel hasta lograr salir del país escoltados por la policía…huyeron como ratas.
El gobierno de Banzer entonces dijo que como Aguas del Tunari había dejado Cochabamba, «había abandonado» la concesión y declaro revocado el contrato de 200 millones de dólares estadounidenses pero un año después, en 2001, la corporación Bechtel, como socio mayoritario de «Aguas del Tunari» conjuntamente con Abengoa, demandó al gobierno boliviano por incumplimiento del contrato y reclamando una indemnización de 40 millones de dólares. En 2006 Bechtel retiró su demanda por inconsistente, pero adivinad ¿quién sigue reclamando su parte de 25 millones de dólares? Por supuesto, Abengoa y Eduard Punset como miembro del consejo de administración de Telvent. Se estima que Abengoa invirtió unos 375.000 dólares en «Aguas del Tunari», pero reclama 25 millones de dólares en daños y perjuicios a un país que tiene una deuda externa cifrada en casi 4.000 millones de dólares. Deberíamos saber que, para el Gobierno de Evo Morales, esos 25 millones de dólares suponen el sueldo anual de 3.000 doctores rurales graduados en La Habana, o el salario por un año de 12.000 maestros de escuela pública. Pero eso no le interesa a las empresas para las cuales Eduard Punset trabaja orgullosamente como consejero delegado.
Y es que este amable anciano al que todo el mundo “toma por científico”, ha trabajado en puestos de responsabilidad en el campo de la economía. Sus estudios en ciencias económicas en universidades como la École Pratique des Hautes Études de Paris que no es una universidad cualquiera ya que es una de las que forma a las elites que deciden nuestros destinos, le abrió las puertas a trabajar como redactor en The Economist y de allí a trabajar en el FMI.
Su paso por Haití fue determinante para despojar a dicho país de un futuro a medio plazo aplicando políticas neoliberales que polarizaron aún más la paupérrima situación de aquel país al dictado por aquel entonces de «Bébé» Doc.
Pocos saben o se acuerdan ya de que fue elegido conseller de Economía y Finanzas de la Generalitat de Catalunya nada más acabar el franquismo por UCD, tampoco recuerdan su paso por la euro cámara o su fallido intento de perpetuarse en la mamandurria europea creando un partido a su imagen y semejanza. Aun le quedaba una misión neoliberal por realizar y es que durante su mandato como presidente de la delegación del Parlamento Europeo en Polonia se llevó a cabo la tarea de desguazar lo que quedaba de los países satélites de la antigua URSS.
Punset y sus colaboradores desguazaron a lo bruto todo lo que sonara a «social»: sistema de educación pública, sistema sanitario universal, compañías estatales de ferrocarriles, de telefonía, las compañías eléctricas, las subvenciones alimentarias, subsidios a los combustibles y a la energía doméstica y un sinfín más. Diez años después del «trabajo» de Punset, en el año 2000 Polonia tenía una deuda externa estimada en 44.000 millones de dólares. En 2010 la deuda externa ascendía a más de 252.000 millones de dólares, parece que las políticas privatizadoras neoliberales han vuelto a dar sus frutos.
Como bien dicen en un articulo de Rebelion.org “Haz lo que yo diga, pero no lo que yo haga”
Últimamente Punset es aguerrido valedor de aquellos que claman contra los sueldos vitalicios de la clase política, sus privilegios y su gusto por el poder y la poltrona. Él difunde continuamente el valor de la ética y la moral en todos los aspectos de la vida como método para ser felices. Pues bien, habría que destacar que Eduard Punset, cuando abandona el CDS en 1991 siendo eurodiputado por dicho partido, pasa totalmente de la ética y de la moral, conservando su escaño -y su sueldo- de eurodiputado como independiente hasta las elecciones europeas de 1994. Eso sí, a estas nuevas elecciones se presenta con su pantomima “Foro”, integrado en CDS -con la incongruencia de que ese partido no le servía para él, pero sí para su propia formación-, aunque el resultado es desastroso y se queda sin poltrona, y sin sueldo. Como ese “partidito” sólo era una patraña creada para poder seguir al frente de su acta de eurodiputado, lo disuelve en 1995 y se retira de la política.
Como ven todo un embajador junto a CocaCola de proporcionar felicidad embotellada
Acuérdense de como animaba el Sr. Punset a nuestros jóvenes indignados. A estos jóvenes indignados que por desconocimiento nunca pudieron indignarse por los actos de toda una vida de este líder de comunicación:
PUNSET A LOS INDIGNADOS: «ESTÁIS INICIANDO UNA RUTA NUEVA. NO PARÉIS» DRY OVIEDO 25 MAYO 2011
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