Ciencia que envenena y amputa cerebros II


Recuerden que venimos de Ciencia que envenena y amputa cerebros I donde conocimos como en pro de la ciencia unos brillantes doctores administraron plutonio a humanos vivos.

En este segundo episodios sobre la ciencia negra vamos a hablar de otro turbio asunto científico, advierto que algunas de las imágenes y vídeos que voy a publicar son fuertes.

Durante la Segunda Guerra Mundial se produjeron actos tan terroríficos que los militares que volvían del campo de guerra estaban en muchos casos afectados psicológicamente de por vida.

El general Smedley Butler cuenta muy bien en su artículo  War Is a Racket (La guerra es una estafa) como los jóvenes soldados estaban hacinados en pabellones psiquiátricos y como a muchos de ellos se les practicaba la cirugía craneal para lobotomizarles y dejarlos convertidos en vegetales.

Podéis escuchar su discurso en dos estupendos programas, como no, de El Vórtice:

 

Ir a descargar

 

Ir a descargar

En Los Soldados Olvidados un articulazo del WSJ podemos ver que paso con estos veteranos de guerra, de los cuales mas de 2000 fueron lobotomizados.

¿Qué hacer con tanto enfermo mental? Debieron pensar los mandamases, la cirugía es cara, y hay muchos problemas post-operatorios. Podemos leer en un artículo titulado el Dr carnicero y el lobotomobil:

Entonces apareció el Dr. Walter Jackson Freeman II (14 noviembre 1895 a 31 mayo 1972) neurólogo y psiquiatra sin formación quirúrgica, trabajó inicialmente con varios cirujanos, entre ellos James W. Watts. En 1936, él y Watts se convirtió en los primeros médicos estadounidenses para llevar a cabo la lobotomía prefrontal.

Walter Freeman, right, and James Watts performing a prefrontal lobotomy in 1942. Special Collections Research Center, The George Washington University

Frustrado por su falta de entrenamiento quirúrgico y la búsqueda de una forma más rápida y menos invasiva para realizar el procedimiento, Freeman inventó el «picahielo» o lobotomía transorbital, que, en un primer momento, utilizó literalmente un picahielos clavado a través de la parte posterior de la cavidad del ojo en el cerebro.

Los “picahielos” mejorados

 

Freeman fue capaz de realizar estas muy rápidamente, en las afueras de una sala de operaciones, y sin la ayuda de un cirujano real. Para sus primeras lobotomías transorbitales, Freeman utilizó un picahielo real de su cocina. Más tarde, se utilizó un instrumento creado específicamente para la operación llamada leucotome. En 1948 Freeman desarrolló una nueva técnica que implicaba la desgarradora leucotome en una carrera ascendente después de la inserción inicial. Este procedimiento coloca gran tensión en el instrumento y, a menudo como resultado la ruptura de leucotome en el cráneo del paciente. Como resultado, Freeman diseñado un nuevo instrumento, más fuerte, la orbitoclast.

Freeman se embarcó en una campaña nacional en su camioneta a la que llamó su «lobotomobile» para demostrar el procedimiento para los cirujanos que trabajan en las instituciones estatales; Freeman podría mostrar por icepicking dos cuencas oculares de un paciente a la vez -. Una con cada mano.

el Dr Freeman al volante del lobotomobile

Según algunos, la atención institucional se vio obstaculizada por la falta de tratamientos eficaces y el hacinamiento extremo, y Freeman vio la lobotomía transorbital como una herramienta conveniente para conseguir grandes poblaciones de tratamiento y regresar a la vida privada…

Escena de la película Lobotomobile de la directora canadiense Sara St Onge, trata el tema en tono de humor.

Como podemos ver en un articulo del WSJ, parece fácil…

Fuente Dr. David Sultzer, UCLA; Dr. Mical Raz, Yale University

Desde luego, viendo sus vídeos parece coser y cantar…durante su apogeo en la década de 1940 y 50, la lobotomía se realizó en unos 40.000 pacientes en los Estados Unidos, y en torno a 10.000 en Europa Occidental. Así se pagó a los soldados que combatieron por las multinacionales que nos han traído hasta aquí.

Aparte de la película en tono de humor Lobotomobile, fijate tu la gracia, tiene una película en su honor: El lobotomista

Por si desaparece… (Nota UTP. Que lo hizo)

¿Pero cómo se le ocurrió al Dr Freeeman esta técnica?

En 1936, Freeman se encontró con una oscura monografía del neurólogo portugués Egas Moniz que detallaba los resultados de una nueva operación radical en el lóbulo frontal del cerebro que realizó en un grupo de veinte pacientes mentales. Moniz afirmó que después de la cirugía, un tercio de sus pacientes se curaron de sus síntomas.

Increíblemente se otorgó un Nobel por este descubrimiento al Dr Moniz en el año 1949…incluso en la web oficial del Nobel parecen avergonzarse de ello y en vez de lobotomía indican leucotomía.

Aprovecho la actualización de este artículo para colocar fotografías perdidas para avisar de que escribiré en breve la tercera parte de este artículo…saludos a todos.


Cualquier donativo será bienvenido.

Mi gratitud por anticipado.

Ahora he iniciado una campaña de crowfunding en la web GO FUND ME desde allí tenéis una pasarela de pagos segura para poder hacer donativos.

 

Billetera de Bitcoin con número:

372VR9D3rXNyQk7Mg4sd99nyJhTinwUZ5p

CÓDIGO QR:


Legal disclaimer